Analistas políticos consultados por SinEmbargo indicaron que el PRI buscará darle una Reforma Energética light al Presidente, aunque señalaron que el Gobierno también puede lograr doblarle las manos al tricolor para que ceda todo. Otro escenario, dijeron, sería que los legisladores priistas no voten a favor, pero se abstengan en la sesión para que Morena requiera menos votos.
-Con información de Dulce Olvera
Ciudad de México, 23 de noviembre (SinEmbargo).– La Reforma Eléctrica del Presidente Andrés Manuel López Obrador está en manos de una porción de legisladores del PRI, sin los cuales no podrán salir adelante los cambios propuestos a la ley que buscan revertir las modificaciones hechas en el Gobierno del priista Enrique Peña Nieto.
La Reforma Eléctrica que ha presentado López Obrador se ha vuelto la prioridad para los legisladores de Morena quienes tendrán que lidiar con la resistencia de los partidos de oposición.
Pese a ello, Ignacio Mier Velazco, el coordinador de los diputados de Morena, se ha comprometido con el Presidente en sacar adelante su propuesta de Ley e incluso el partido ha señalado sus intenciones de que salga antes de que finalice el periodo ordinario de sesiones, el próximo 15 de diciembre, un panorama poco probable.
Morena cuenta con 201 votos, con los 33 del Partido del Trabajo (PT) y los 43 del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Es decir, tiene 227 votos, de los 334 que necesita para aprobar una reforma constitucional, para la cual se requiere del respaldo de las dos terceras partes del Congreso.
En el Senado, a donde iría a parar la iniciativa si es aprobada en San Lázaro, el panorama es similar ya que junto con sus aliados —PT, PVEM y PES— tiene 76 votos, nueve menos de los necesarios para aprobar la iniciativa del Presidente.
Es por ellos que los votos faltantes tendrán que conseguirlos de la oposición, en particular del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual se ha mostrado interesado en negociar con Morena, aunque ha puesto como fecha el próximo año, una vez que queden atrás las elecciones en las cuales el tricolor buscará mantener los gobiernos de Oaxaca e Hidalgo, uno de los últimos bastiones que le quedan.
“El PRI busca darle una Reforma Energética light al Gobierno, como hizo con Calderón. Pero el Gobierno también puede lograr doblarle las manos al PRI para que ceda todo. Es decir, tendremos tres o cuatro meses de negociaciones”, opinó al respecto el analista político Fernando Dworak.
En tanto, Gustavo López Montiel, politólogo en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, indicó que otro escenario sería que los legisladores del tricolor no voten a favor, pero se abstengan en la sesión para que Morena requiera menos votos para aprobar la Reforma Eléctrica.
La iniciativa establece un mercado de 54 por ciento de generación para la CFE y 46 por ciento para el sector privado nacional y extranjero, lo cual ha sido cuestionado tanto por la industria privada como por el Partido Acción Nacional.
La Comisión de Electricidad ha dicho que los motivos que subyacen detrás de la oposición a este proyecto de Ley se debe a que los grandes consumidores están organizados en sociedades de autoabasto que no pagan lo que deberían por el uso de la red, mientras que la mayoría de los mexicanos tiene que hacer grandes esfuerzos por pagar su electricidad.
EL PRI DICE SÍ AL DIÁLOGO… DESPUÉS DE ELECCIONES
“Nosotros podemos dialogar, para eso somos diputados. Sería un despropósito llegar a la Cámara y no querer dialogar. ¿Cuándo? Ahora no. ¿Por qué no? Porque está por terminarse el año y este es un tema de mucha profundidad. Tampoco el segundo periodo de este primer año de la Legislatura. ¿Por qué? Porque tenemos elección en junio y no queremos que lo constitucional se haga electoral y lo electoral se haga constitucional”, comentó el pasado 18 de noviembre el coordinador de los diputados del PRI, Ruben Moreira, quien también preside la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de San Lázaro.
La postura del legislador tricolor ha contrastado con la adoptada por el Partido Acción Nacional (PAN), cuyos dirigentes, Jorge Romero, coordinador en San Lázaro; Julen Rementería, líder de la bancada en el Senado, y Marko Cortés, su dirigente nacional, han señalado que “es imposible” que la iniciativa tenga el respaldo blanquiazul.
No obstante, dentro del mismo PRI, sus legisladores se debaten entre reasumir sus postulados históricos, como los revisará en su asamblea nacional del próximo 11 diciembre, o seguir en la coalición de derecha que encabeza el magnate Claudio X. González Guajardo. Por lo pronto la definición del partido ha sido esperar hasta el próximo año, como lo señaló su dirigente nacional, Alejandro Moreno, quien al igual que Moreira ha señalado que la discusión tendrá que darse hasta después de junio.
Moreno Cárdenas ha cuestionado el papel que ha adoptado Morena de cara al próximo proceso electoral luego de que el dirigente morenista, Mario Delgado, hablara de borrar al PRI del mapa político. Dentro del partido tricolor las declaraciones del líder de Morena fueron vistas con recelo y dieron pauta que se cerrara el diálogo, al menos hasta antes del proceso electoral que renovará seis gubernaturas.
“Si como se prevé, Morena gana una parte importante de las gubernaturas y —como dijo Mario Delgado— se estaría desapareciendo electoralmente al PRI, eso impactaría en el ánimo de la fracción parlamentaria como para todavía votar a favor de la reforma del Presidente”, dijo en ese sentido Gustavo López Montiel, politólogo en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey.
Frente a la postura del tricolor también se ha posicionado el Presidente López Obrador que ha pedido a los legisladores de este partido regresar a sus principios y no optar por afianzar el salinismo.
El propio Manuel Bartlett Díaz, director general de la CFE, comentó la semana pasada a Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado, conductores de “Los Periodistas“, programa que se transmite en SinEmbargo Al Aire por la plataforma de YouTube, que el PRI debe regresar a sus bases y aprobar esta reforma ya que de lo contrario sería “un desastre” para el país.
“El PRI debería votar (a favor), la verdad, porque (es) su reivindicación. ¿Qué ha pasado con el PRI?, ¿en dónde está el PRI? En el sótano. ¿Por qué? Porque renunció a sus principios, porque el priismo kantiano, atrabiliario, corrupto, que llevó a cabo la Reforma (Energética), (Luis) Videgaray y todos ellos, representan una parte que no es, ni por mucho, la esencia del PRI”, comentó.
LA RUTA DE MORENA
Morena ha anunciado, por su parte, una movilización en las calles de todo el país para defender la Reforma Eléctrica con la cual el Gobierno busca regresar la soberanía energética en manos del Estado, mediante el control que se dará a la CFE.
“La patria nos requiere, compañeras y compañeros. Es el momento de refrendar que somos un partido en movimiento y que aquí están las y los mejores hijos de México”, escribió el pasado 4 de noviembre Mario Delgado, dirigente nacional de Morena en su cuenta de Twitter, a la par que compartió un desplegado en el que convocó a la defensa de la iniciativa presidencial.
La patria nos requiere, compañeras y compañeros. Es el momento de refrendar que somos un partido en movimiento y que aquí están las y los mejores hijos de México. #LaReformaEléctricaVa pic.twitter.com/vfxEszZrwA
— Mario Delgado (@mario_delgado) November 4, 2021
En el desplegado, firmado por la cúpula morenista, se reconoce que el partido gobernante no tiene los votos suficientes en el Congreso para aprobar la Reforma y remarca que debe negociar con otras fuerzas políticas, y por lo mismo que el debate debe llevarse a las calles.
“La mayoría del pueblo está a favor de la iniciativa del Presidente, pero es indispensable que ese respaldo se traduzca en movilizaciones masivas. Esa reforma se tiene que aprobar con el voto de Morena y de sus aliados en el Congreso y con el pueblo en las calles”, se lee en el desplegado.
En ese sentido, la bancada de Morena ha planteado otros escenarios —ante la poca probabilidad de avalar este año los cambios a la Constitución en materia eléctrica— y ha planteado la posibilidad de un periodo extraordinario en enero con la finalidad de que esté totalmente aprobada para abril.
Para Montiel la posibilidad que han sopesado Morena y sus aliados de llevar la discusión final en abril próximo —fecha para la cual esperan haber aprobada la Reforma Eléctrica en ambas cámaras y en los 17 congresos estatales— es para vincularla con la revocación de mandato para que sea la ciudadanía quien “apruebe” esta contrarreforma y “obligue” al PRI a votar a favor.
“El 40 por ciento de participación en esta revocación —como es su meta— le alcanza para una especie de mandato de la gente que apoyaría la reforma eléctrica. Pero eso también orillaría a los partidos, fundamentalmente al PRI, a obligar a sus diputados a ceder ante el Presidente y votar a favor porque, si la gente quiere la reforma, quienes voten en contra estarían votando contra su mandato”, observó.
El politólogo del Tecnológico de Monterrey estimó que el Presidente López Obrador no permitirá ajustes a la reforma que cambien la esencia del control de la CFE, por lo que presionará para que la aprobación sea antes de las elecciones estatales de verano y evitar que juegue la variable del ánimo de los priistas.
En tanto, Fernando Dworak indicó que la estrategia del bloque de Morena, PT y Verde es aplazar la discusión de la Reforma Eléctrica para después de la revocación de mandato y antes de las elecciones, pero el objetivo del PRI es que cedan a hacer ciertos ajustes como lo logró en el 2008 con la Reforma Energética de Felipe Calderón.
“En 2008 el Frente Amplio Progresista —formado por PRD, PT y Convergencia— tomó las tribunas de las dos cámaras del Congreso para que no sesionaran. El PRI fue el fiel de la balanza y convocó a una serie de consultas que hoy se llamaría parlamento abierto. A partir de eso ganó tiempo para hacer una reforma muy ligera, pero factible y ahora está apostando a un escenario similar”, dijo.
Dworak puntualizó que si al Presidente López Obrador no le dan los números para pasar una reforma como la desea y con ello “aparecer en los libros de Historia como un continuador de los legados de Lázaro Cárdenas y López Mateos”, cederá ante un tipo de reforma “que se acomode a ese interés”, aunque sea muy leve.